Terminó el periodo electoral. Ganó Nicolás Maduro como ya se
sabía, ya que ninguno de los contrincantes electorales tenía un verdadero apoyo
de la población venezolana, ni por parte de los opositores ni por parte de los
revolucionarios molestos por la situación actual del país, pero más allá de la
facilidad electoral, toca preguntarnos: ¿Qué se va a hacer para poner orden al
país?
Actualmente, Maduro posee todos los poderes políticos de
gobierno, no solo la presidencia sino además la Asamblea nacional
constituyente, el poder político más importante de cualquier país ya que no
solo puede crear leyes sino modificar la constitucional nacional, y con ella
todo el marco jurídico de la nación lo que le da una plataforma inmensa de
posibilidades.
Además cuenta prácticamente todas las gobernaciones y
alcaldías del país a su entera disposición, asi que no es posible que se den
órdenes en Caracas y no se atiendan en los estados o los municipios.
Por lo tanto no hay excusa posible para lo que pueda ocurrir
en adelante, a menos que sea por razones climáticas como meteóricos, maremotos
o similares que destruyan al planeta y en ese caso quedaría disculpado de la
responsabilidad que ha asumido.
Mi tio juega la era
de los imperios
Para los que no lo sepan, la era de los imperios es un video juego donde cada jugador posee
una nación y para poder ganar debe invadir del castillo de los otros jugadores,
ganándose su recursos económicos y territoriales, los cuales le servirán para
facilitar la invasión de otras naciones y sus recursos.
Recientemente me he acordado de la forma de jugar de mi tío,
él simplemente ubica un soldado en el camino de los campesinos que surten de
comida a las ciudades enemigas y poco a poco las va matando de hambre sin poner
en riesgo a ninguno de sus soldados, de modo que solo cuando ya las ciudades
están totalmente indefensas él moviliza sus tropas y conquista las ciudades.
En nuestro país viene ocurriendo algo similar, campesinos,
militares, comerciantes y población en general son atacados por el virus de la
corrupción y la impunidad, y vienen matando la economía del país y siendo
causantes de una falta de alimentos generalizada; ese es el verdadero enemigo. Uno
tan invisible como difícil de derrotar ya que está muy bien guardado entre los
antivalores de cada ciudadano disfrazado de “deseo de superación”.
Impulsado con multas escuetas y avisos que no atemorizan a
nadie porque todo el mundo sabe que no hay seguimiento, la impunidad se ha
arraigado no solo existente en las altas esferas del poder económico, político,
civil y militar, sino también entre los de a pie, que se han convertido en
raspacupo, en bachaqueros de acera o de frontera venden todo al precio que les
da la gana, sacan los billetes de circulación cuando les da la gana; en choferes
y colectores del transporte público que son verdaderos abusones que incumplen las
tarifas, las rutas, los convenios con estudiantes y adultos mayores.
Y cuando llega a haber alguna acción judicial, los que son ricos
van a ramo verde, prisión militar donde engordan, hacen ejercicio y los cuidan más
que a un niño amado, aunque sean civiles o sino es que se enferman les toca casa
por cárcel, casa mas grande que todo el barrio donde yo vivo. Por otro lado están
los bachaquero a la vista de todos y no hay ni un policía de rolito que le diga
nada porque tienen un padrino juez (civil) o general (militar) que los protege,
por tanto la pregunta para el gobierno de Maduro no es ¿qué va a hacer? Sino
una más difícil: ¿cuándo van a empezar y con que cuenta para hacerlo?.
Huasca Gonzalez Valecillo
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