martes, 22 de mayo de 2018

Las elecciones eran fáciles, ahora viene lo difícil


Terminó el periodo electoral. Ganó Nicolás Maduro como ya se sabía, ya que ninguno de los contrincantes electorales tenía un verdadero apoyo de la población venezolana, ni por parte de los opositores ni por parte de los revolucionarios molestos por la situación actual del país, pero más allá de la facilidad electoral, toca preguntarnos: ¿Qué se va a hacer para poner orden al país?
Actualmente, Maduro posee todos los poderes políticos de gobierno, no solo la presidencia sino además la Asamblea nacional constituyente, el poder político más importante de cualquier país ya que no solo puede crear leyes sino modificar la constitucional nacional, y con ella todo el marco jurídico de la nación lo que le da una plataforma inmensa de posibilidades.
Además cuenta prácticamente todas las gobernaciones y alcaldías del país a su entera disposición, asi que no es posible que se den órdenes en Caracas y no se atiendan en los estados o los municipios.
Por lo tanto no hay excusa posible para lo que pueda ocurrir en adelante, a menos que sea por razones climáticas como meteóricos, maremotos o similares que destruyan al planeta y en ese caso quedaría disculpado de la responsabilidad que ha asumido.

Mi tio juega la era de los imperios

Para los que no lo sepan, la era de los imperios es un video juego donde cada jugador posee una nación y para poder ganar debe invadir del castillo de los otros jugadores, ganándose su recursos económicos y territoriales, los cuales le servirán para facilitar la invasión de otras naciones y sus recursos.
Recientemente me he acordado de la forma de jugar de mi tío, él simplemente ubica un soldado en el camino de los campesinos que surten de comida a las ciudades enemigas y poco a poco las va matando de hambre sin poner en riesgo a ninguno de sus soldados, de modo que solo cuando ya las ciudades están totalmente indefensas él moviliza sus tropas y conquista las ciudades.
En nuestro país viene ocurriendo algo similar, campesinos, militares, comerciantes y población en general son atacados por el virus de la corrupción y la impunidad, y vienen matando la economía del país y siendo causantes de una falta de alimentos generalizada; ese es el verdadero enemigo. Uno tan invisible como difícil de derrotar ya que está muy bien guardado entre los antivalores de cada ciudadano disfrazado de “deseo de superación”.
Impulsado con multas escuetas y avisos que no atemorizan a nadie porque todo el mundo sabe que no hay seguimiento, la impunidad se ha arraigado no solo existente en las altas esferas del poder económico, político, civil y militar, sino también entre los de a pie, que se han convertido en raspacupo, en bachaqueros de acera o de frontera venden todo al precio que les da la gana, sacan los billetes de circulación cuando les da la gana; en choferes y colectores del transporte público que son verdaderos abusones que incumplen las tarifas, las rutas, los convenios con estudiantes y adultos mayores.
Y cuando llega a haber alguna acción judicial, los que son ricos van a ramo verde, prisión militar donde engordan, hacen ejercicio y los cuidan más que a un niño amado, aunque sean civiles o sino es que se enferman les toca casa por cárcel, casa mas grande que todo el barrio donde yo vivo. Por otro lado están los bachaquero a la vista de todos y no hay ni un policía de rolito que le diga nada porque tienen un padrino juez (civil) o general (militar) que los protege, por tanto la pregunta para el gobierno de Maduro no es ¿qué va a hacer? Sino una más difícil: ¿cuándo van a empezar y con que cuenta para hacerlo?.

Huasca Gonzalez Valecillo

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